Un segundo sin máscara

Un instante
tan solo otorgo
sin esbozos,
impávido
transito
en la sensibilidad
de un hombre.

Una detonación
en mi pecho, dispara
luciérnagas del alma
que hoy, aquí, se escapan.

Y profanan el firmamento
de un santuario
con orgías excelsas
revoloteando incesante,
desatando un torbellino
que avanza favorable
al sur del templo
con la danza gloriosa
que libera y exalta.

Me hice, deseos.

® Lҽɳι @Vıɖąʂųƈɛʂıơŋ

03.04.2022

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2 comentarios:

  1. Las luciérnagas,iluminan la oscuridad y tú das brillo a este poema que al leerlo le otorgó un silencio para que no deje de brillas.

    Genial!!

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