La luna, acalla la luz que pesa en tus manos, en tu piel henchida con la ambición de profanar los jardines de espinas que se esconden tras la sombra donde reposa la timidez del día.
En la delectación de tu tacto se mitiga el silencio de la noche y se palpan los destellos de la rosa enardecida; en el terciopelo de los pétalos, el rocío de tu voz ebria, juerga insaciable.
Se enciende el goce de las luciérnagas que consagran tu vigilia en los avernos, el viento brioso y el suelo firme ofrendan un tallo recio a la gema enrojecida.
El empalme se aferra a la exótica fragancia, a la humedad de la noche, a los vaivenes impetuosos del viento; olvidándose del presagio del tiempo.
® Lҽɳι @Vıɖąʂųƈɛʂıơŋ
10.02.2023
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