Por largo tiempo mi alma carecía de color, una escala de grisáceos tonos merodeaban como vagos sin rumbo.
La vista encaminada a proyectos y cumplimiento de metas, siempre altiva y con soberbia disfrutaba el mérito.
Pero una noche, la luna se reflejó en mi rostro y tropecé con una laja que sobresalía del empedrado camino, a simple vista parecía igual a las demás pero algo en ella no encajaba en lo normal, aunque simulaba rugosa era suave, muy fina al tacto y con un peculiar resplandor.
Me senté en medio de la nada por horas, un tanto embelesada o bajo hipnosis quizás.
Desde ese día recorro el mismo sendero, una y otra vez; nutriendo el alma en la diversidad de formas y colores, olvidando lo superfluo y admirando en mi interior, lo sublime de un arcoíris.
® Lҽɳι @Vıɖąʂųƈɛʂıơŋ
20.11.2021
Foto Web
Gracias por estas hermosas palabras Leni
ResponderEliminarA ustedes por acompañarme, mil gracias
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