que desempolvas y bebes
saboreando cada sorbo
con la cepa de un verano eterno;
en tu mirar, una querella al cielo
ahíto de la monotonía.
A ti
barrica que oxigena los versos
suavizando el sabor de las palabras;
en el paladar, la intensidad del vino añejo
con sensación de apetencia sin final.
A ti
que sedimentas los deseos en tu misterio;
sabes que el fondo, querido amigo
es el disfrute de un vino de calidad.
Lo apasionante de un buen vino, es que siempre deseamos más.