Un día de esos, un día singular cuando menos le esperaba, llegó el momento que tanto se resistió el alborada en reflejarse en sus pupilas.
A golpe de sensibilidad, un parpadeo involuntario dió luz al apremio de un café.
Te apetece? Preguntó
Media sonrisa dibujó su rostro, asentando con la mirada fija sin saber a qué!
No había lugar que acogiese la sacudida del albor con el presagio de dos, ni dosis de cafeína que estimulase el adiós.
Acaso el segundero marca el destino? O las horas del amor?
Si es que por años se detuvo y solo por hoy, el tiempo en la sombra de un pez cayó.
A rayas del ocaso me pregunto
Dónde penden las manecillas de aquel anticuado reloj?
® Lҽɳι @Vıɖąʂųƈɛʂıơŋ
15.12.2022
Foto web
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