La musa tomó tu mano
y te siguió los pasos
la miraste!
con ese hechizo que condena y nubla
el juicio,
incrédula niña se dejó llevar por
tus mimosos versos
los que una vez fueron míos, los
que escribí para ti;
despojaste su frágil vestidura y fisgaste
en ella
a modo acechante, a través de su
cristal.
Astuto demonio!
Que discurre su inocente perversidad
con hilos de pecado y fuego
lujuria y anhelos.
Y yo!
Me hallo aquí
postrada, en desconcierto,
evocando la musa
que me arrebató el poeta,
añorando el insomnio
o tal vez!
Al sagaz bandido
"Fierro de mis letras".
® Lҽɳι @Vıɖąʂųƈɛʂıơŋ
03.01.2022
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