Sobre las colinas
a orillas
de un valle pálido
y tembloroso
retumba en el cielo
el eco de un cántico
invocando
que arrope la sombra.
El rocío se precipita
en la semilla de la tierra
fertilizando el prístino aroma,
y la humedad enajenada
madura el néctar de la flor
que ávido
liba el colibrí.
La noche se cimbra
ante la muerte lenta
con el susurro de la luna
al irrumpir del día.
Oculto encuentro,el elixir del deseo, el juego químico que sacia la gana desdoblada de un frenesí inalcanzable que florece entre los estímulos de un verso con aromas de erótico sueño.
ResponderEliminarPrecioso este poema.
Gracias
EliminarExtraño sus letras, espero todo bien ❤️❤️❤️