Son tantas, las heridas
que sin contar
suman más que los años.
Son tantas, las caídas
que ya no sé
¿Cómo?
ni ¿Para qué? Se levanta;
y ¿Con qué?
Si los fuertes vientos
le arrastran
a su merced.
Son tantas, las tardes grises
que el sol
arde en su piel.
Y son tantos los caminos
que aún
le faltan a sus pies
antes de volver.
Un día o jamás
¡Qué insensatez!
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