Almas
En ti
Puedo sentir su esencia de mujer bajo el celaje de la luna, su pulso ávido de un beso palpitante, la tibia humedad que me inquieta e incita a explorar los límites fuera de su boca, penetrar en las profundidades de su conciencia y detonar su deseo.
El agua se agita rozando nuestros pies, pausadamente le inclino y la espuma de mar le envuelve dejando entreabierto la vista asimétrica de sus aureolas.
Emerge de las sales la sequedad en la garganta, una sed sagrada, un fuego efervescente al paladar, una urgencia de beber y colmar.
Al raer de la arena fría en nuestros cuerpos febriles se inicia la tormenta dando fin a la paz que sostenía mi hidalguía, la voluptuosidad de sus encantos yergue mi apetito, la concupiscencia toma de mí la carne, la cristaliza y me transforma en Ola.
En el horizonte posaba la luna y en sus alas de ángel, mi hombría.