en el pecho,
en la garganta;
no hablo del humo del tabaco
sino de las toxinas sentimentales
en nuestro interior,
allí, donde se pudre la carne
y nos hacemos apetecibles a la muerte;
manjar de una turba de cuervos
con hambre hedónica.
® Lҽɳι @Vıɖąʂųƈɛʂıơŋ
17.09.2025
Foto web
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