Tenía una hermosa sonrisa
unos labios, Dios! Que adoración
unos ojos que hablaban de amor
unas manos inquietas
a veces, cuando dormían
ligeras y tiernas.
Tenía mil canciones
en el repertorio de verano,
una maleta repleta de versos
en primavera,
un plan en luna nueva
un sol y un cielo multicolor.
Pensé que tenía
pero nada era mío.
Nada