Amar y seducir
un juego hipnótico
profundo como el mar,
de inquietas olas,
vértigo al equilibrio
éxtasis a los sentidos.
Levar el ancla
y a bordo
un botiquín de embeleso,
una brújula desimantada
que guía la embarcación
en un círculo
reiterado de placer,
en los afanes de lobo de mar
libidinosas maniobras
de proa a popa;
el timón
geográficamente
apunta al centro
pese que el sol
rumbo al oeste.
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