Vuelve el atardecer
con esa mirada introspectiva
y esa belleza lírica que le caracteriza,
cortando el sol entre kilómetros de pasto y
estrechando los dedos muertos del viejo manzano.
Vuelve el atardecer
como el poeta, a un rincón de su pasado;
con esa mirada polvorienta
y estrechando a su pecho… páginas cansadas.

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